La Urban Dance Factory

Este post no es de running, hablará de un festival de danza urbana al que he asistido hoy, y que con lo que he visto, bien se merece un comentario.

La Urban Dance es una escuela de baile urbano, dirigida por Irene Pallarés y Sarah Coral, que cuenta con una plantilla de profesores, todos ellos impresionantes: Irene Pallarés, Sarah Coral, Flora, Elisenda Marcet, Magalí, Bea Villabol, Marc Pajuelo, Sergi Orduña,Bru, Adam Pérez, etc…

La finalidad de este festival era solidaria, para recoger juguetes para los niños de familias sin recursos, y ha sido un éxito, cerca de 700 personas han colaborado en este espectáculo.
He asistido porque mi niña va a esta escuela, en un grupo de la profesora Flora, y a pesar de que no ha salido hasta casi el final, he disfrutado del festival como una enana.
Ha sido impresionante.
Os puedo decir que mi hija ha ido a 3 escuelas de baile, y como en esta, ninguna. La primera, con 3 añitos, fue la Four Dance Center en Montmeló, donde vivíamos entonces. Tenía una gran profesora, Patricia Pérez, que les daba mucha «caña» a las chiquitinas, pero que gracias a eso le dió a mi hija una primera base para que le guste tantísimo bailar.

La segunda fue Ball Centre, en el barrio de Sants de Barcelona, el sitio en el que si quieres aprender a bailar danza urbana desde pequeño, tirarás el dinero.  No he visto grupo de niñas adolescentes bailando con más desgana y descoordinación que aquí. Personalmente opino que no es culpa de los bailarines, sinó del profesor, que es quien tiene que ocuparse de transmitir buen rollo y exigir una coordinación y ejecución.

Mi hija aquí tenía 5 y 6 años, pero cuando vi el futuro que le esperaba si seguía ahí, decidí cambiarla a la Urban. En realidad no la había apuntado un año antes por temas de logística.

Pero en la Urban todo es diferente. Ya sólo viendo las clases de los mayores, cuando voy a buscar a mi hija, te haces una idea del nivelazo que hay en esta escuela. Es impresionante. Se nota que a los profesores les apasiona lo que hacen, en sus caras, en su ejecución, transmiten pasión, y eso los alumnos lo captan, y se les «pega».

A la profesora de mi hija siempre le tienen que dar un «toque» para que acabe la clase, porque se nota que se lo está pasando bien y que le gusta enseñar, y eso ya te dice mucho, y los niños lo notan.

Así que aunque sabía que mi hija bailaba al final, estaba dispuesta de disfrutar del espectáculo. Y asi ha sido. Es que no puedo decir que tal profesor o tal grupo sea mejor que otro, porque me han encantado todos. Una ejecución, técnica, coordinación, buen rollo, ganas, pasión, que ponía los pelos de punta. Mis piernas no paraban de moverse al son de la música y daban ganas de ponerse a bailar (si supiera).

El único «pero» es que no veía demasiado, porque el público estábamos todos al mismo nivel, y siempre hay el típico mal educado al que le da igual que detrás haya gente y se pone de pie para hacer fotos, o pone su móvil en alto para grabar. Total, que en ese sentido ha sido bastante incómodo, y para ver bien a mi hija me he tenido que poner en uno de los lados de pie, pero por lo demás, de verdad, un 10, para los alumnos, los profesores y la dirección de la escuela.

Lástima que no pueda expresar cláramente mi entusiasmo, porque mi berborrea no da para más, pero he aquí una bailarina urbana fustrada a la que le hubiera encantado tener una escuela así cerca cuando era mucho más joven. No porque ahora me considere vieja para bailar, sinó que lo soy para aprender técnica.

Así que si te gusta el baile y quieres aprender a bailar como un profesional, te recomiendo la Urban Dance Factory.